lunes, 1 de abril de 2019

Andaluza tenías que ser

Y ahí estás tú. Creyéndote que eres quien eres, porque es lo que te han dicho otros más serios, más ricos, más cultos, más válidos. Gente que sabe hablar, que sabe lo que te conviene, que tiene mano izquierda (que aquí es lo que hace falta, porque con los andaluces, ya se sabe). Gente que tiene los medios, que tiene los conocimientos, que tiene los estudios y el patrimonio, que tiene la tierra. La que tú trabajas. La que tu madre espigó, la que tu abuelo y su mula araron, la que a tu padre le quitó la vida. La tierra que está manchada, inundada, rebosante de sudor y sangre. A raudales.
Pero no la ven. Ellos no la ven. Te ven a ti, que te atreves a pedir algo más que un currusco de pan y unas míseras monedas. A ti, que no tienes ni media hostia, y que quieres reconocimiento (lo que es justo, según tú) por un trabajo que, mira qué te digo, tus padres hacían en mucha y mejor cantidad que tú, pero ellos no se quejaban. Qué coño vienes a contarme de que te estoy pagando menos que a tu marío por ser mujer. Demasiado que te dejo trabajar, en vez de mandarte a tu sitio, que es tu casa, cocinando pa tu hombre y criando a los niños que a ver cuándo piensas traer al mundo. Descastá, que eres una descastá. Que en sus tiempos esto no era así. Que antes todo el mundo sabía cuál era su sitio, y no se andaba pidiendo sanidad pública universal, ni derechos inventados (si la tierra es suya, no tuya, qué es eso de que la tierra es para quien la trabaja), ni educación, ni igual horario y salario. A ver qué ibas a hacer tú con más dinero, o con un máster. Si sólo vales para sacar papas de la tierra, y casi ni eso. Porque pobre naciste, en un barrio de casas encalás, donde el mayor lujo es salirse con la silla de plástico a la puerta con la fresquita. Y qué es eso de poder expresarte en tu lengua. No sabes decir más que tonterías. Qué lengua vas a hablar tú, si se te hizo el favor de enseñarte la de una raza noble y pura, y tú vas y la mancillas, con esas aspiraciones de mierda y esas eses que te comes, que por mucha hambre que pases no está justificao. A ti lo que te pasa es que se te ha subido a la cabeza la tontería esa de que la tuya es la tierra de la mezcla y la convivencia, de la concordia y el intercambio cultural, pero la noble casta expulsó a toda la ralea de la que te crees descendiente. Más purgas como esa hacían falta, más guerra civil, más generalísimos, para quitar tanta morralla del medio y cerrar bocas. Que se os quitaran las ganas de remover huesos y de inventaros historias que nunca pasaron, que sólo os acordáis ustedes, y encima es mentira. Verás como así no pedíais más tonterías; verás como así te enterarías de una puta vez de lo que te toca. Que naciste en el sur. Que naciste en Andalucía. Que no tienes pasado ni memoria que recuperar, que no sabes ni lo que estás buscando ni lo que estás pidiendo, y lo que te pasa es que tanta contracción de letras, tanto sol, tanta jarana y tanta siesta te están arruinando el seso que ni siquiera tienes. Habla bien, cojone.

Andaluza tenías que ser.

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